Hoy Zipaquirá guarda luto pero también celebra una vida maravillosa.
Con una tristeza profunda y a la vez un cariño inmenso la ciudad despide al doctor Jairo Enrique Rey Sanabría, fallecido este lunes 29 de septiembre. Su partida deja un vacío enorme pero su recuerdo ilumina los corazones de sus estudiantes, amigos y familiares.
Muchos conocimos a Jairo Rey en los campos de fútbol del Colegio Nacional La Salle de Zipaquirá, en la eterna cancha de fútbol del barrio Julio Caro o en el estadio Héctor Zipa González.
Parado en la raya, vestido de sudadera, una gorra para protegerse del sol, y los carnés del Peón del Zipa asomándose en el bolsillo del pantalón. A su lado, la figura infaltable de Óscar su hermano, con la cantina del jugo para el intermedio del partido.
Esta fue solo una de sus facetas, tal vez la que se hizo más pública y coloquial en Zipaquirá, tanto como la imagen icónica de las madrugadas de aquel hombre de overol, que conducía con calma su Ford 55 azul y blanca, en el recorrido por las veredas del municipio para recoger la leche en los amaneceres salineros.
Pero Jairo Rey fue principalmente un hombre de la academia.
Egresó como Médico Veterinario Zootecnista de la Universidad Nacional de Colombia en 1967 y se hizo especialista en 1971 en procesos de Clasificación y Juzgamiento de Ganado de Leche y Carne.
Se dedicó a la docencia universitaria con pasión y entusiasmo por más de 50 años, y dejó la huella de maestro serio pero mamagallista, exigente y buen conversador, en decenas de generaciones de médicos veterinarios que pasaron por las aulas, los laboratorios y las prácticas de la Universidad Nacional de Colombia, La Universidad de La Salle, la UNAD, el SENA o la UDCA.
Su experiencia y acervo en la educación superior lo hicieron decano de las facultades de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de la Salle y de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales UDCA.
Jairo fue además un hombre apasionado por los caballos y por el mundo equino. Fue miembro y fundador del Club Equino de la Universidad UDCA, creó y lideró el Club Cabasal, con el que se realizó en Zipaquirá por muchos años una feria equina de enorme calidad para exaltar la grandeza, la elegancia y el brío de centenares de los más bellos y nobles ejemplares del país.
Rey y el Peón del Zipa
Recordaremos siempre a Jairo, al doctor Rey o a Jairo Rey, con sus refranes y chascarrillos, la sonrisa y el mamagallismo que lo identificaron, y también como el hombre serio, el rostro adusto, el temperamento fuerte, el trabajador disciplinado, el hincha apasionado del Independiente Santa Fe, y el líder que hizo de su equipo, el glorioso club Peón del Zipa, no solo su causa, su sueño, su ilusión, sino toda una expresión de elegancia, buen fútbol, respeto por el rival, títulos y grandeza.
Un abrazo a Jairo hasta la eternidad con la bandera del fútbol, de la educación, de la política y del Santa Fe. Un adiós con admiración y cariño por este fragmento apasionado de la historia de Zipaquirá que fue su vida.
Gracias amigo, gracias al dirigente deportivo, gracias al actor político de la ciudad, gracias al maestro, al vecino del barrio Las Villas, y gracias al familiar, al hermano, esposo, padre y abuelo.
Nuestro saludo con cariño a su esposa Consuelo Onzaga Cuervo, a sus hijas Paola y Juliana, a sus hijos Jairo Alberto y Leonardo, a sus nietos y hermanos, sobrinos y demás familiares y allegados.
Pueden sentirse orgullosos y satisfechos de compartir la experiencia de la vida con el hombre cuya impronta se convierte ahora en memoria y en huella imborrable.

Adiós al Rey del Peón del Zipa

Adiós al Rey del Peón del Zipa
